Mientras casi todos los ramos sufrían las consecuencias de la crisis, la contratación de los seguros de salud no hacía más que crecer, y la tendencia parece reafirmarse para los próximos años. A la fecha, más del 23% de los españoles dispone de algún tipo de seguro médico privado, lo que representa más de 10 millones de personas. A la luz de estos datos, es muy probable que si no dispones de un seguro de este tipo te hayas planteado su contratación. Veamos porqué deberías hacerlo.
Ventajas de tener contratado un seguro privado
La principal ventaja que se nos viene a la cabeza es evitar las largas e insufribles esperas de la sanidad pública. Si la media de días que debes esperar para realizar una prueba diagnóstica y obtener los resultados en la pública se sitúa aproximadamente en 47 días, en la privada es de solo 8 días. A esto debemos añadir la posibilidad de elegir médico, pudiendo dirigirte a un amplio número de especialistas dentro del cuadro médico de tu compañía sin tener que pasar por un médico de cabecera. La disponibilidad horaria de los profesionales suele ser amplia, por lo que podrás pedir tus citas sin alterar tus compromisos diarios.
En el caso de que tengas que estar hospitalizado es posible disponer de una habitación individual en el hospital que elijas, donde beneficiarte de mayor intimidad y tranquilidad. Y no solamente tú, sino que tus acompañantes podrán estar más tranquilos y acceder a diferentes beneficios.
Otra de las grandes ventajas de las que dispondrás será la posibilidad de acceder a tratamientos innovadores y nuevas técnicas sanitarias, pudiendo contar con opciones terapéuticas complementarias o alternativas como la homeopatía, osteopatía y acupuntura… incluso tienes la opción de obtener una segunda opinión médica o recibir atención especializada en el extranjero.
Un punto importante es también el de la atención internacional. A través de la sanidad pública gozarás de atención médica en algunos países de la Unión Europea gracias a la Tarjeta Sanitaria Europea, pero no funciona del mismo modo en todos los países. Cuando viajes a otros países es posible que si sufres un accidente o te pones enfermo tengas que asumir unos costes elevados por la atención sanitaria que recibas. Con una póliza de salud, podrás recibir atención sin importar el lugar donde te encuentres gracias a convenios con centros internacionales, y en muchas ocasiones sin ningún coste adicional. Además, en el caso de que tengas que regresar urgentemente a tu lugar de residencia por causas médicas pueden incluso cubrir la repatriación o el traslado de un familiar para que esté contigo donde te encuentres hospitalizado.
Puedes complementar tu seguro con una cobertura dental, con la cual acceder a tratamientos con precios especiales que de otra forma podrían salirte mucho más caros. Además, puedes beneficiarte de servicios gratuitos de consulta, limpieza, radiografía…
¿De verdad necesitas más motivos para contratar un seguro médico?
Tipos de seguros de salud
Básicamente podemos diferenciar dos tipos, el seguro de cuadro médico (con y sin copago) y el seguro de reembolso.
En el caso de los primeros, dispones de una relación (cuadro médico) de profesionales y especialistas a los que podrás acceder con o sin copago. Si contratas un seguro con copago significa que cada vez que acudes al médico o te realizas alguna prueba tendrás que abonar un importe que habitualmente suele ser reducido; por el contrario si no tienes copago, podrás utilizar los servicios de todo el cuadro médico sin ningún coste adicional. En función del uso que realices de tu seguro deberás valorar si te interesa contratar copagos o no, ya que si dispones de copago la prima es menor y puede llegar a compensarte.
En el caso de los seguros de reembolso, tendrás total libertad de elección de médicos y clínicas puesto que la compañía se encargará de realizar un reembolso de los gastos de dichos servicios, incluidas las pruebas diagnosticas y las intervenciones quirúrgicas, sin necesidad de tener que limitarte al cuadro médico de una compañía. Este reembolso suele cubrir entre el 80% y el 90% de los gastos que soportes.
Aspectos importantes a tener en cuenta
Cuando contratas una póliza debes someterte a un cuestionario para conocer si sufres algún problema de salud en el momento de la contratación, es por ello que si padeces una enfermedad pre-existente tendrás que buscar un seguro médico que la cubra y con que sobreprima. Otro aspecto importante que debes tener en cuenta son las carencias, aquellas coberturas de las que no puedes hacer uso en determinado plazo de tiempo desde que contratas tu seguro, cuantas menos tengas y menos tiempo duren, mejor.
Hay otros aspectos en los que a menudo no se repara pero que son igualmente importantes. Es el caso de las subidas de prima, debes saber como se comportará el coste de tu seguro en el futuro, si cambia al renovarse, los tramos de edad que aplican… no debes dejarte llevar por ofertas puntuales y pensar a largo plazo. Saber si están cubiertos los gastos sanitarios derivados de accidentes de tráfico, laborales y profesionales. Estudiar y comparar los límites en prótesis y sesiones de fisioterapia, acupuntura, homeopatía, podología… Conocer qué está cubierto en medicina preventiva.
Un punto diferencial que ofrecen algunas compañías es la cobertura vitalicia, por lo que pasado un período de tiempo determinado desde la contratación de la póliza, no podrán anularla por motivos exclusivos de salud.
Si tienes cualquier duda, o te interesa contratar el seguro de salud que más se adapta a ti, no dudes en contactar con nosotros y uno de nuestros expertos te asesorará.
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